lunes, 19 de diciembre de 2011

Arctic Monkeys: Los monos invaden sudamérica

A pocos días de revelarse los primeros nombres que estarán presentes en el festival Lollapalooza 2012 deben existir muchos melómanos con un gran motivo para sonreír, ya que después de varios años de rumores, por fin se confirma el debut en Chile de los talentosos ingleses de Arctic Monkeys.

Arctic Monkeys, a pesar de ser una banda relativamente joven, formada en Sheffield en el 2002, ya cuenta con cuatro álbumes de estudio dentro de su repertorio: “Whatever People Say I Am, That's What I'm Not” (2006), “Favourite Worst Nightmare” (2007), “Humbug” (2009), y el recientemente lanzado “Suck It And See” (2011). Conformada por Alex Turner (voz y guitarra), Jamie Cook (guitarra), Nick O’Malley (bajo) y Matt Helders (batería), la banda ha gozado de muy buenas criticas y un éxito ascendente, debido principalmente a su particular estilo que mezcla sonidos clásicos, propios de The Smiths y The Clash, con melodías más modernas, fuertemente influenciadas por la música de Blur y The Stroke. Los primeros 2 sencillos con que se dieron a conocer, “I Bet You Look Good On The Dancefloor” y “When The Sun Goes Down”, alcanzaron el número 1 en la lista de singles de UK, además, su álbum debut logró el record de la placa más vendida en su primera semana en el Reino Unido, superando a Oasis, que hasta ese momento ostentaba este título gracias a su disco debut: “Definitely Maybe”. 

Cuando se habla de Arctic Monkeys, quizás lo primero que llama la atención es el nombre de la banda, para el cual se maneja una amplia gama de versiones respecto a su origen, sin embargo, según declaraciones de sus propios integrantes, estas teorías fueron inventadas por ellos debido a lo aburridos que estaban de que periodistas y fans les hicieran siempre la misma pregunta. Lo cierto es que el nombre se le ocurrió a Jamie Cook durante sus días de escuela, cuando ni siquiera se pensaba en formar la banda. 


A pesar de poseer una carrera plagada de éxitos y el reconocimiento del medio, su trayectoria no ha sido siempre miel sobre hojuelas, a finales del 2007, posterior al lanzamiento de su segunda placa, la energía que caracterizaba a la banda se comenzó a ver mermada debido al esfuerzo adicional que estaban realizando por mantenerse en el tope de su fama, y por lo mismo empezaron a aparecer las primeras señales que hacían presagiar un descanso al interior de la agrupación. 


"A finales de 2007 todo comenzaba a ser repetitivo. Nunca me quejé de ello. No llegamos a ese punto donde todo fuese horrible. Pero creo que estábamos realmente preparados para descansar un tiempo”.
Jamie Cook – Guitarrista Arctic Monkeys

Adicionalmente, Alex Turner, vocalista y líder, emprende un proyecto en paralelo junto a Miles Kane (ex vocalista de The Rascals), formando el dúo “The Last Shadow Puppets”, en donde Turner presenta un notable crecimiento musical, interactuando con registros vocales que no había utilizado antes en Arctic Monkeys. El segundo aire viene de la mano de Josh Homme (líder y vocalista de Queens Of The Stone Age), reconocido fan de banda, que acepta producir su tercer álbum. Para esto, el cuarteto se traslada al estudio de Homme, “Rancho de Luna”, ubicado en el desierto de Mojave (California), en donde son obligados a encerrarse todos en el estudio mientras se graba cada una de las pistas (aunque no fuese su turno para grabar), con el objetivo claro de unir los lazos al interior de la banda.

No será primera vez que los ingleses pisen suelo sudamericano, ya en el 2007, en el marco de la promoción de su segundo larga duración, realizaron tres presentaciones en Brasil y una en Argentina. En esta oportunidad, a pesar de contar con solo dos álbumes bajo el brazo, brindaron shows de gran nivel e intensidad, con setlist bien elaborados, en base a canciones de corte rápido y prácticamente ninguna balada. Previo a la visita de la banda, se rumoreó con una probable presentación en Chile, pero finalmente ninguna productora mostró el suficiente interés en traerlos a nuestro país. Algunos de los fans chilenos, para no quedarse con las ganas de verlos, viajaron a Buenos Aires, para presenciar el show que la banda brindó en el Luna Park ante 7.000 espectadores.


Quizás se podría pecar de pre juiciosos y pensar que debido al bajo promedio de edad de la banda (no superan los 26 años), carecen de experiencia y son incapaces de llenar un escenario tan importante como el Lollapalooza, sin embargo, este pensamiento no podría estar más alejado de la realidad, ya que a lo largo de su exitosa carrera han pasado por algunos de los escenarios de mayor renombre en el universo del rock: Glastonbury (2007), Benicassim (2011), Rock Werchter (2011) y en la versión original del Lollapalooza (Chicago). A pesar que sus shows no han estado exentos de críticas, ninguna de estas ha apuntado a la calidad musical del cuarteto, sino más bien a lo básica de su puesta en escena, ya que no acostumbran a apoyarse en efectos visuales, fuegos artificiales u otros elementos externos. El fuerte de sus conciertos se fundamenta en un sonido nítido, un surtido repertorio de éxitos y la capacidad vocal de Alex Turner. El gran riesgo de la presentación de Arctic Monkeys en nuestro país, es que basen su show en sus dos últimas producciones, dejando de lado los singles de sus primeras placas, ya que son precisamente estas canciones las que han cautivado a sus fans en Chile. 


Los escépticos que aun tengan dudas respecto a la visita de los “monos árticos”, programada para el primer semestre del 2012, pueden chequear la página del sello de la banda (www.dominorecordco.com), en donde ya se anunció el show que los británicos darán en el Parque O’Higgins. Pronto, tantos años de espera serán recompensados, y tendremos el privilegio de ver a Arctic Monkeys en su mejor momento, con sonidos mucho más maduros, una perfecta sincronía entre cada uno de los integrantes de la banda y un stock de más de 50 canciones que nos harán sudar.

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