lunes, 19 de diciembre de 2011

Bandas Sonoras: Música y Cine, la unión de dos artes

La música ha estado ligada al cine desde sus orígenes, inclusive la proyección de las películas mudas eran acompañadas de un piano o una pianola, que tenían por objetivo principal mantener entretenido al público. En nuestros tiempos, cuesta trabajo imaginar una película que no tenga una banda sonora, ya que en muchos casos las emociones y estados anímicos se transmiten de mejor manera mediante una melodía, más que a través de un dialogo.

El origen de las bandas sonoras (o soundtracks) está directamente relacionado a la incorporación del sonido en las películas, y surge como la necesidad de agregar un elemento que tuviera la facultad de situar al espectador en un cierto contexto emocional. El Rock tuvo su primera incursión en el cine en el año 1955, cuando la canción “Rock Around The Clock” de Bill Halley & His Comets sonó en los créditos iniciales de la película “Blackboard Jungle” (“Semilla de Maldad”, dirigida por Richard Brooks) Según notas periodísticas de la época, apenas se apagaban las luces y se escuchaban los primeros acordes de la canción, el público se paraba a bailar en los pasillos.

A partir de este punto, el rock comenzó a ser utilizado por productores y directores como un potente gancho comercial, la idea fundamental era atraer a los jóvenes a las salas de cine mediante la incorporación de canciones de los rockstars del momento. No cabe duda de lo exitosa que fue esta iniciativa, ya que también significó un beneficio importante para los músicos que, a través de este medio, tenían la oportunidad de promocionar sus discos. Es así cómo las industrias del cine y la música comenzaron a caminar de la mano, en una relación que se mantiene hasta la actualidad, creciendo cada vez con más fuerza.


En las últimas décadas, ha surgido un nuevo enfoque en esta relación cine-rock, y que se fundamenta en la idea de que un único artista sea capaz de hacerse cargo de la musicalización de una película de forma íntegra. Es así como muchos rockstars han aceptado el desafío y se han embarcado en la aventura de componer bandas sonoras, quizás algunos con mejores resultados que otros, pero siempre sorprendiéndonos con su capacidad creativa y con la facilidad para desarrollar otros géneros musicales que, a priori, pudiesen parecer muy alejados de su estilo habitual.

Uno de los primeros en incursionar en esta área fue el incombustible Neil Young, que en 1995 aceptó hacerse cargo de la música del western “Dead Man” del director Jim Jarmusch. Lo más anecdótico respecto a este trabajo, es que fue realizado bajo una suerte de improvisación, en donde Neil compuso la mayor parte de la música mientras veía la película recién editada, encerrado en el estudio. Sin lugar a dudas un ejemplo claro, de que detrás de una gran banda sonora, se encuentra siempre el talento e inspiración de su creador. Solo mediante la utilización de guitarras (eléctricas y acústicas) y un teclado, Neil logra crear la atmósfera perfecta en cada una de las escenas, facilitando que el espectador se sienta participe de cada una de las aventuras del protagonista: William Blake (interpretado por Johnny Depp). Según los entendidos, esta pieza constituye una de las mejores bandas sonoras instrumentales jamás realizadas, a la altura de un genio como Neil Young.

En 1999, el director Lars von Trier, le propuso a la cantante Björk que fuese la protagonista de “Dancer In The Dark” (“Bailarina en la Oscuridad”), sin embargo, ella no quería actuar y a cambio se ofreció a componer la música de la película, finalmente, luego de una larga negociación, también terminaría protagonizándola. El 2000, bajo el nombre de “Selmasongs”, salió a la venta la banda sonora, un trabajo mucho más oscuro e innovador que sus discos anteriores, y que recibió críticas bastante positivas por parte del medio. Mención aparte a la Palma de Oro que recibió Björk y Von Trier por mejor actriz y director, respectivamente.

En 2007, el actor/director Sean Penn, logró convencer a Eddie Vedder (vocalista de Pearl Jam), para que compusiera la banda sonora de la película “Into The Wild”, obra que narra la historia de Christopher J. McCandless, un joven universitario de alta capacidad intelectual que dejó toda su vida atrás para huir a Alaska. Con este trabajo Vedder sorprende a todos los escépticos que dudaban de su incursión en este nuevo estilo, ya que apoyándose en instrumentos folk y dejando completamente de lado el grunge, logra construir canciones potentes, bellas, reflexivas y con una gran carga emocional, que se adaptan a la perfección a la historia. En 2008, “Guaranteed” gana el Globo de Oro a la mejor canción original.

En 2009, el aclamado director David Fincher, le propuso a Trent Reznor (líder y vocalista de Nine Inch Nails), que musicalizara la película “The Social Network”, que narra la vida del creador de Facebook: Mark Zuckerberg. En una primera instancia la respuesta por parte de Reznor fue negativa, por considerar poco interesante una realización que se basara en una red social, sin embargo, tras leer el guión, escrito por Aaron Sorkin, decidió hacerse cargo de la banda sonora, y para esto sumó al proyecto a su amigo Atticus Ross. Las críticas fueron variadas, para los que manejan el paradigma clásico de que la música de una película debe ser melódica y además tener un desarrollo temático, simplemente el trabajo es uno de los peores de su género, por el contrario, muchos expertos opinaron que a  pesar de ser una composición monótona, fuertemente apoyada por sonidos electrónicos, constituye una verdadera obra maestra. Tanto fue el éxito de la producción, que recibió el Oscar y el Globo de Oro a la mejor banda sonora, en los años 2010 y 2011, respectivamente. David Fincher quedó tan satisfecho con el trabajo de Reznor, que de inmediato amarró su participación en su próxima producción: “The Girl With The Dragon Tattoo”.

Otro rockstar que quiso incursionar en este género fue el talentoso Mike Patton (vocalista de Faith No More, Mr. Bungle, Fantômas, Mondo Cane, entre muchos otros), quien ya en 2008 se hizo cargo de la musicalización del cortometraje “A Perfect Place” del director Derrick Scocchera, y en 2009 de la segunda parte de la psicodélica y adrenalínica aventura de Chev Chelios, en “Crank: High Voltage”. Por estos días se está lanzando la banda sonora de “The Solitude of Prime Numbers”, película basada en la novela del mismo nombre del autor italiano Paolo Giordano. Según las primeras criticas, en este álbum se encuentran algunas de las más contemplativas y emocionantes melodías de la exitosa carrera de Patton, pero que a la larga hacen que el disco se vuelva demasiado extenso y tedioso.


Resulta difícil presagiar como será la evolución del cine en los próximos años, sobre todo teniendo en consideración que cada día surgen nuevos avances tecnológicos que cambian la forma de concebir y ver las películas, sin embargo, me atrevería a decir que la música seguirá teniendo un rol protagónico dentro de la industria cinematográfica, ya que es ella quien permite transmitir información que escapa a lo visual, tal como: rasgos psicológicos, pensamientos no expresados de un personaje o las implicaciones de una escena en particular. Sin lugar a dudas, dos artes que trabajando en conjunto logran resultados que sería imposible lograr por separado. 

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