miércoles, 27 de junio de 2012

Maquinaria Festival

En la historia del rock, existen ciertos hitos culturales que han sido capaces de marcar a generaciones completas, e inclusive a naciones, un ejemplo de esto lo constituyen los festivales de Woodstock (New York), o Wigh (Inglaterra), que tienen como principal similitud la capacidad de reunir a cientos de miles de personas en torno a un objetivo común: la música. Cuesta trabajo dimensionar el poder que tiene este arte para concentrar a toda una comunidad, sin diferenciar clases sociales, colores políticos o creencias religiosas, quienes a través de esta expresión cultural tan fundamental logran abstraerse de la realidad en la que se encuentran inmersos, y durante un espacio limitado de tiempo pueden dejar de lado todo los problemas que los someten día a día.

En Chile, hasta mediados de los noventas, un gran porcentaje de la población, principalmente los más jóvenes, no se sentían identificados con ningún movimiento de esta índole, en una época ampliamente dominada por el Festival de la Canción de Viña del Mar, que solo en contadas ocasiones apostaba por incluir números de rock en sus parrillas programáticas, pero que en la mayoría de los casos estaba orientado hacia otro tipo de público. Es así como empiezan a surgir los primeros intentos por implementar en nuestras tierras algún festival capaz de llenar estas ansias de rock y de abrir la posibilidad de reunir en un único escenario a los más grandes exponentes de este género. El primer intento en esta área llegó de la mano del Festival “Monster Of Rock” (que tiene sus orígenes en Inglaterra, 1980) y que tuvo cuatro ediciones en nuestro país, trayendo a artistas de la talla de Black Sabbath, Kiss, Megadeth, Faith No More, Judas Priest, entre muchos otros. Posteriormente, en 2004 aparecería el Festival “Santiago Urbano Electrónico” (SUE), que se realizó en seis ocasiones, y que a pesar de venderse como un evento electrónico también incluyó en sus lineup a grandes figuras de la escena rock, como lo son The Mars Volta, REM, The Strokes, Blondie, Morrissey y Scissor Sisters. Por último, el 2009 se llevó a cabo el “Pepsi Fest”, que durante siete días convoco a grandes bandas y solistas, tales como: Peter Gabriel, Chris Cornell, A-Ha, Sonic Youth, además del esperado retorno de Kiss.

Sin embargo, a pesar del éxito mediático y en convocatoria que supusieron cada uno de estos eventos, el público chileno seguía sin establecer un sentido de pertenencia con estos festivales y miraba con un poco de envidia lo que pasaba fuera de nuestras fronteras, con encuentros tan emblemáticos como lo son él: Rock In Rio, Coachella, Glastonbury y Lollapalooza, que año a año convocan a miles de personas, que viajan desde todas partes del mundo para vivir estas experiencias socio-culturales. Esta realidad comenzaría a cambiar a partir del segundo semestre del 2009, cuando en la cabeza del productor Leonardo Valeria se empieza a gestar lo que a la larga se convertiría en el festival de rock más importante del país.

El comienzo del sueño

El 2009, Leonardo Valeria, productor y director de Transistor, realiza las gestiones para traer de vuelta a Chile a Faith No More (The Second Coming Tour). Posterior a las dos exitosas presentaciones que se realizaron en la capital (Teatro Caupolicán y Estadio Municipal de La Florida) toma la decisión de acompañar a la banda en su gira por Brasil (4 fechas), y es en este viaje que conoce el Festival Maquinaria que se lleva a cabo en Sao Paulo. El evento causo tal impresión en el productor, que Transistor optó por comprar la franquicia del festival para replicarlo en Chile el 2010 (en la actualidad, ambos shows se manejan de forma independiente).

Para llevar a cabo la difícil misión de importar este mega evento a nuestras tierras, Valeria decide contactar a la productora Lotus (liderada por Sebastián de la Barra y Maximiliano del Río), con quienes trabajaron en conjunto para dar vida al ambicioso proyecto. Uno de los primeros desafíos fue la búsqueda de un recinto que reuniera las condiciones de ubicación, espacio e infraestructura necesarias para albergar un show de esta magnitud, inclinándose la balanza a favor del Club Hípico debido a su tamaño y su locación céntrica, de fácil acceso desde todos los sectores de la capital. Para la cita se dispuso de un terreno de 10 hectáreas, separadas en dos áreas, una grande para el público general y otra más acotada para los espectadores que priorizaran una ubicación preferencial (Rock Area), en los cuales se distribuyeron dos escenarios principales, una carpa electrónica, además de áreas de comida, baños y zonas verdes.

La primera edición del Maquinaria Festival se llevó a cabo el día 09 de Octubre de 2010, ante más de 50 mil espectadores y su lineup estuvo constituido por artistas internacionales de la talla de Pixies, Incubus, Linkin Park, Queen Of The Stone Age, Cavalera Conspiracy y El Otro Yo. Dentro de los representantes nacionales tuvieron su espacio Alain Johannes, Latin Bitman, Como Asesinar A Felipes (CAF), Movimiento Original y Pedropiedra. Además de destacados exponentes de los sonidos más electrónicos, tales como: Aeroplane, Erol Alkan y Rahzel. En total, fueron 12 horas de música que hicieron vibrar a todo el público que llegó al Club Hípico y que marcó un registro histórico, como el primer festival de rock masivo que se organiza en nuestras tierras. La importancia de este evento no solo radica en su aporte a la difusión del rock, sino también a que sirvió de vitrina, para mostrarle al resto del mundo que Chile estaba preparado para albergar eventos de esta envergadura, y que cuenta con un público sediento de participar en estas instancias. Es quizás este acontecimiento el que abrió la puerta a la posibilidad de importar otros festivales de categoría mundial, como por el ejemplo, el Lollapalooza.

El Maquinaria, como todo evento de gran convocatoria, no estuvo exento de críticas, y sin lugar a dudas la principal de ellas se gatilló tras la confirmación de una fecha adicional para albergar la presentación de los norteamericanos de Rage Against The Machine (que ya tenían un compromiso pactado para el día 09 de Octubre en Brasil). Su presentación se fijó para el 11 de Octubre en el Estadio Municipal de la Florida y también fue promocionado bajo la etiqueta de Maquinaria. Fue tanta la molestia de los fans que ya habían comprado su entrada para el primer día del evento, que el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) recibió más de 250 reclamos exigiendo la devolución del dinero de las entradas. Dentro de las otras críticas que recibió el certamen se cuentan las dificultades de acceso, la escasa presencia de sectores destinados a necesidades básicas (higiene y alimentación), además de problemas de sonido en los shows.

Un ingrediente anexo a todo Festival lo constituyen los sideshows, que en esta ocasión estuvieron a cargo de Incubus y Pixies, los que se presentaron en el íntimo escenario del Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins.

La consolidación

Posterior a la exitosa primera edición del Maquinaria Festival, la productora Lotus decidió continuar por otro camino (Lollapalooza Chile 2011), dejando a Transistor con la difícil misión de organizar en solitario una nueva versión del evento. Obviamente, al tener un punto de referencia tan importante, el desafío y las exigencias eran aún mayores, pero esto no sería impedimento para consolidar todo lo bueno que se realizó un año antes.

La gran novedad para esta nueva edición fue cambiar el formato del festival, aumentando a dos días su duración. Se mantuvo el Club Hípico como recinto escogido para albergar el evento, pero se aplicaron cambios en la distribución de las áreas destinadas al público, dejando el sector más próximo al escenario para el público general y un área VIP más alejada, pero con mayores comodidades (baños clase elite, degustaciones de comida, bar, polera oficial del evento, terrazas con actividades de las marcas patrocinadoras y sorteo de poleras autografiadas por las bandas). Al igual que en el 2010 se dispuso de dos escenarios principales que funcionaron de manera alternada y una carpa electrónica independiente para 10.000 personas.

La primera jornada de la segunda versión del Maquinaria Festival se realizó el 12 de Noviembre del 2011 y en base a un lineup potente se demostró que no escatimarían en esfuerzos para evidenciar su evolución y maduración. Y la primera señal de que la apuesta sería elevada lo constituyeron las bandas cabezas de cartel: Duff McKagan’s Loaded, Black Rebel Motorcycle Club, Down, Alice In Chains (sin lugar a duda uno de los shows más esperados del evento, y que venía a saldar su deuda con Chile), Chris Cornell (en un resentido formato acústico), Faith No More (interpretando íntegramente su disco más exitoso: “King For A Day Fool For A Lifetime”) y el cierre a cargo de Megadeth. Los abanderados nacionales fueron Alain Johannes, Perrosky, Matías Aguayo y The Ganjas, mientras que en la carpa indie/electrónica también se presentaron The Black Angels, The Magician y Vicarious Bliss, entre otros. Si decimos que este constituye el encuentro rock más potente en la historia del país, en ningún caso estaríamos exagerando, ya que no existe registro alguno de una constelación de estrellas, de esta envergadura, reunidas en un único evento.

La segunda jornada, 13 de Noviembre, tendría matices diferentes, a simple vista se visualizaba mucho menos llamativa que la anterior, con una parrilla más heterogénea y orientada a un público no tan eufórico como el primer día. Sin embargo, había nombres que seguían estando a la altura de las circunstancias: Sonic Youth (show que tenía un condimento especial tras la separación del matrimonio entre Thurston Moore y Kim Gordon), Primus (en una suerte de revancha tras el show incompleto que brindaron como teloneros de Faith No More el 2010), Stone Temple Pilots, Snoop Dog, Damian Marley, Violadores del Verso y en menor medida el japonés Miyavi. Los representantes chilenos fueron Movimiento Original, Francisca Valenzuela y Gepe, mientras que dentro de los números más sobresalientes de la carpa indie/electrónica estuvieron Inspiral Carpets, Crystal Castles y Tiga. A pesar que la baja en la asistencia fue notoria, en relación al sábado, no cabe duda que la mayoría de los 30.000 asistentes se fueron más que conformes con lo expuesto, y agradeciendo que un espacio de esta categoría se haya abierto a un tipo de público más misceláneo.

Nadie puede poner en tela de juicio que el nivel de producción de la segunda edición del Maquinaria Festival superó con creces lo realizado el año anterior, sin embargo, el público nunca quedará 100% satisfecho. En este contexto, las críticas más recurrentes entre los 90.000 espectadores que asistieron al evento apuntaron al impacto negativo que tuvo el viento en el sonido de algunos shows (principalmente los del Transistor Stage), la excesiva presencia de polvo, que al menor movimiento se levantaba causando una nube de tierra que hacía extremadamente difícil respirar, la rápida desaparición de los alimentos y  bebestibles, haciendo que muchos asistentes se quedaron con tickets de alimentación, la falta de zonas para hidratarse (elemento más que necesario en eventos de larga duración) y la determinación de última hora por parte de la Intendencia Metropolitana de no autorizar la venta de alcohol para el público general.

En lo que respecta a las presentaciones anexas al Festival, y bajo el nombre de “Opening Shows Maquinaria”, se llevaron a cabo los conciertos de Machine Head y Sepultura (Teatro Caupolicán), Goldfrapp y la Fiesta de apertura del Maquinaria Festival con Black Rebel Motorcycle Club y Tiga (Teatro La Cúpula).

Cuando la casa queda chica

Tras dos exitosas ediciones del Maquinaria Festival en el Club Hípico, y recogiendo las observaciones del público respecto a los constantes problemas de sonido (al estar condicionado por la presencia de los caballos, los escenarios debían ubicarse contra el viento), el exceso de polvo en el lugar y la deficiencia de los servicios destinados a satisfacer las necesidades básicas, la productora Transistor anunció un acuerdo por 10 años con los dueños del Club de Campo Las Vizcachas para trasladar el evento a este recinto, el cual tiene una extensión de 90 hectáreas, zonas de camping, laguna artificial y piscina.

La principal novedad que tendrá esta edición del Festival es que los asistentes al evento tendrán la posibilidad de disfrutar de las dos jornadas de rock sin necesidad de abandonar el recinto, ya que emulando a otros eventos internacionales de primer nivel, se dispondrá de un sector para acampar. Además, conscientes de que el acceso al sector no es muy expedito y que existe mucho público que viene de regiones y que no se ubica mucho en la capital, es que se dispondrán buses de acercamiento, tanto para el inicio como para la finalización del show, que saldrán desde la Estación del Metro Macul.

En lo que respecta a los shows, se contará con un escenario exclusivo para los artistas nacionales, de tal manera de evitar que tengan que presentarse muy temprano, dándole un papel más protagónico.

Para esta edición del Maquinaria, que se llevará a cabo el fin de semana del 10 y 11 de Noviembre, se espera un incremento en la convocatoria de un 20% respecto al año anterior. Quizás como una muestra inequívoca del éxito que ha tenido este Festival es que la productora ya ha anunciado sus intenciones de expandir el evento a otras ciudades de Sudamérica (aun por confirmar).

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